miércoles, 16 de septiembre de 2015

ANÁLISIS Y OPINIÓN: "Esto es un muñeco"

Este verano no nos hemos aburrido; en cuanto a polémicas se refiere, ha sido un verano bastante "movido" en todos los ámbitos, desde el político (refugiados y crisis migratoria, nacionalismo catalán, Toro de la Vega...), pasando por el ámbito deportivo (...fichaje de De Gea, etc.) 


Y cómo no podía ser de otra manera, también hemos tenido nuestras "polémicas cofrades", entre ellas las famosas "campanas de San Gonzalo", o los restos de Queipo de Llano en la Basílica de la Macarena. Sin embargo, una de estas polémicas cofrades veraniegas destaca entre las demás por su repercusión en las redes sociales, es la  protagonizada por el el portavoz del grupo municipal de Izquierda Unida en el Ayuntamiento de Sevilla, Daniel González Rojas, que en varios de sus tuits calificaba a las imágenes religiosas cómo "muñecos"Aunque la gran mayoría de estos tuits fueron escritos hace alrededor de 2 años, ha sido este verano cuando se ha reabierto la polémica.






Sabemos perfectamente que este señor no es el único que tiene esta opinión sobre las imágenes y la muestra abiertamente en las redes sociales, sin embargo, el hecho de que González Rojas sea un personaje público dota a sus palabras de un mayor peso mediático, es por eso que es él el centro de la polémica.


A algunos puede parecerle una barbaridad, pero al llamar muñeco a una imagen, teóricamente el señor Rojas no se equivoca:

Definición de la RAE de muñeco: "Figura de hombre hecha de pasta, madera, trapos u otra cosa." 

Todos sabemos perfectamente que la imagen de La Macarena (por citar alguna) está hecha de madera, es una imagen tallada en madera como tantas otras, y tiene forma humana, por lo que teóricamente, -y sólo teóricamente- entra dentro de la descripción que da la Real Academia de esta palabra. 


Y aunque -repito- esto sea así teóricamente, estamos todos de acuerdo en que "muñeco" no es la manera más -políticamente- correcta de llamar a una imagen religiosa. Igual que "gordo seboso" no es la manera más -políticamente- correcta de llamar a una persona con obesidad. Por lo tanto, sería de necios pensar que Rojas llama a las imágenes religiosas "muñecos" sin intención ofensiva y despectiva



Y dejando a un lado la intención ofensiva de la palabra "muñeco" en este contexto, sabemos que el señor Rojas está en lo cierto (una imagen religiosa al fin y al cabo es una figura de hombre hecha de pasta, madera...), y es que aún estando en lo cierto, el señor Rojas se está equivocando. 

Se está equivocando porque cualquier imagen religiosa es, para muchos, más que una figura de madera bonita. Es mucho más que eso, porque una simple figura de madera no atrae a más de un millón de personas cada año a una pequeña aldea de Almonte, porque una simple figura de madera no hace que se nos pongan los vellos de punta cuando pasa bajo el Arco que hay junto a su Basílica, porque un simple muñeco de madera no hace que toda una avenida repleta de gente se silencie por completo cuando éste pasa, porque una simple figura de madera no hace que se nos caigan dos lágrimas de emoción cuando le llueven pétalos en una rebosante Calle Pureza...


El Gran Poder a su paso por la Campana durante la pasada Madrugada / FOTO: @HdadGranPoderEstá claro entonces que las imágenes religiosas son algo más que figuras de madera, es lo que representan lo que las hacen distintas de una figura de madera corriente, de un muñeco... Sin embargo, para alguien que no comparte las creencias religiosas, es obvio que las imágenes pierdan todo su valor devocional, pero no por ello estas imágenes pasan a ser "muñecos". ¿Por qué alguien que no es creyente tiene que despreciar una imagen religiosa y llamarla muñeco? Reitero que para un no creyente, es lógico que una imagen religiosa no tenga sentido devocional, pero no por ello deja de ser una obra de arte.
¿No puede disfrutar de la semana santa y de sus pasos e imágenes una persona que no crea en Dios? ¿Es que por el hecho de ser ateo, una persona ya no puede deleitarse al contemplar la belleza de una determinada imagen religiosa, o disfrutar de un buen día de procesiones?


Está claro entonces que una imagen religiosa tiene además un valor artístico (unas más que otras) que no tiene nada que ver con su valor devocional. Y de este valor artístico disfruta por igual el creyente y el ateo.

El arte en todas sus vertientes intenta expresar y transmitir algo, sentimientos o emociones... Al igual que un cuadro de Velázquez o una poesía de Machado intenta transmitirnos algo; una imagen religiosa también. No hace falta ser creyente para reconocer el valor de una imagen religiosa; en el siglo XXI nadie cree en los Dioses romanos, pero no se pone en duda ni se desprecia el valor de una escultura romana en un museo, que representa a un dios de la cultura grecolatina.


En la imaginería religiosa, tanto un creyente como alguien que no lo es, puede dejarse cautivar por el sentimiento y las emociones que un autor intenta transmitir en una determinada escultura religiosa.


La mayoría de los no creyentes entienden esto, no ven en una imagen su valor devocional, pero sí son capaces de ver su valor artístico, y saben que para los creyentes, estas imágenes tienen un valor especial, saben que representan las creencias de mucha gente. Y para respetar las creencias de alguien -sabiendo que no coinciden con las tuyas- hay que empezar por respetar los símbolos que representan la esencia de dichas creencias, las imágenes.


Es por lo tanto una verdadera falta de respeto -y de sentido común- hacia el arte y la cultura llamar a una obra de imaginería religiosa, "muñeco". Y por supuesto una falta de respeto hacia el creyente y devoto, que encuentra en la imagen religiosa una representación de sus creencias, que son en muchos casos son el apoyo y consuelo que necesita en su vida cuando todo lo demás le falla... No hay nada de malo en que una madre, con un hijo enfermo, encuentre en los ojos de una Virgen, esa mirada que necesita para no derrumbarse y caer en la desesperación. No hay nada de malo.


Al estar delante de una imagen, todos ven la madera; pero el creyente ve en esa simple figura de madera, en eso que -teóricamente- es un muñeco, algo más, algo más que madera, si mira con el corazón, ve reflejado a Dios en la madera.








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